Mi amigo Jose Ángel (dígase siempre Jose Joaquín) me ha pedido que en este personal y singular blog que ha puesto en funcionamiento recientemente, un servidor presente, o comente mejor dicho, una película cada cierto tiempo. Me dijo que lo hiciera semanalmente sin embargo esto no sé si va a ser así. Lo haré cada semana, o cada dos o cuando tenga algo de tiempo.
La película que abre esta sección es una comedia. No es momento de hablar de terrores o pánicos cuando el principal objetivo de este blog es un centro de gravedad permanente. Un equilibrio vaya. Un asidero. No vamos a irnos a la gran época de la comedia cinematográfica en período ya hablado, segunda mitad de los años 30 y primeros 40, pero sí vamos a retroceder en el tiempo nada menos que 41 años, hasta 1968. En ese año emblemático pasan muchas cosas en el mundo. Entre ellas Blake Edwards estrena ‘El Guateque’. ‘The Party’ en su título original.
Y nos metemos de lleno en la película. La presentación del personaje principal –Peter Sellers, quizás en el mejor papel de su carrera- no puede ser más explícita. Su inclusión en la ‘party’ que da título al film no puede ser, por sencilla, más genial. Y ya estamos en la fiesta. Sólo tenemos que pasar y dejarnos llevar por un mundo de lujo, colorismo y derroche al alcance de muy pocos (en los últimos tiempos estos muy pocos quisieron ser más y ahí tenemos las consecuencias. Pero esa es otra historia). Hollywood y sus desmanes. Todas y cada una de las escenas de la película son eminentemente visuales. Los diálogos rara vez aportan algo a la acción. Se van desencadenando una sucesión de hechos de los cuales vamos siendo testigos y cómplices silentes al mismo tiempo. Presentimos lo que va a ocurrir algunas veces, otras sabemos lo que va a ocurrir...pero no podemos evitar que ocurra. No queremos evitarlo tampoco. Cada situación tiene un principio, un desarrollo y un fin. Nada de la risa por la risa como en el cine cómico mudo de Mack Sennett (no el de Chaplin, Keaton, Lloyd u otros; no generalizar) o muchas de las comedias del cine actual. La risa viene producida porque hemos seguido una situación desde el principio. Y ello nos produce el placer final de reírnos. Es inevitable. La construcción de las mencionadas escenas roza la genialidad. Casi toda la película es una gran secuencia (recordemos que un film se puede dividir en planos, escenas y secuencias).
Blake Edwards nos remite directamente al cine mudo. No en vano él es un gran fan de Laurel y Hardy (los populares el ‘Gordo’ y el ‘Flaco’). Auténticos maestros de este arte. Al mismo tiempo hace un película de su tiempo con el guateque de fondo. El cine es eminentemente visual (aunque las palabras tengan a la vez gran importancia en el mismo), Edwards lo sabe y lo lleva a efecto.
Además del trabajo de Peter Sellers, como Hrundi V. Bakshi , podríamos destacar el de otros actores en el espléndido y coral reparto. J. Edward McKinley y Gavin McLeod en los personajes del Productor Jefe de unos estudios de cine y propietario de la casa donde tiene lugar la fiesta y de Divot, Productor Ejecutivo, respectivamente. O cómo no mencionar al estupendo camarero de la velada interpretada por un actor cuyo nombre reconozco desconocer.
Con ellos Blake Edwards se permite hacer un mosaico de la amplia gama de individuos que pueblan el mundillo hollywoodiense. Y lo consigue bien, saliendo airoso.
La película que abre esta sección es una comedia. No es momento de hablar de terrores o pánicos cuando el principal objetivo de este blog es un centro de gravedad permanente. Un equilibrio vaya. Un asidero. No vamos a irnos a la gran época de la comedia cinematográfica en período ya hablado, segunda mitad de los años 30 y primeros 40, pero sí vamos a retroceder en el tiempo nada menos que 41 años, hasta 1968. En ese año emblemático pasan muchas cosas en el mundo. Entre ellas Blake Edwards estrena ‘El Guateque’. ‘The Party’ en su título original.
Y nos metemos de lleno en la película. La presentación del personaje principal –Peter Sellers, quizás en el mejor papel de su carrera- no puede ser más explícita. Su inclusión en la ‘party’ que da título al film no puede ser, por sencilla, más genial. Y ya estamos en la fiesta. Sólo tenemos que pasar y dejarnos llevar por un mundo de lujo, colorismo y derroche al alcance de muy pocos (en los últimos tiempos estos muy pocos quisieron ser más y ahí tenemos las consecuencias. Pero esa es otra historia). Hollywood y sus desmanes. Todas y cada una de las escenas de la película son eminentemente visuales. Los diálogos rara vez aportan algo a la acción. Se van desencadenando una sucesión de hechos de los cuales vamos siendo testigos y cómplices silentes al mismo tiempo. Presentimos lo que va a ocurrir algunas veces, otras sabemos lo que va a ocurrir...pero no podemos evitar que ocurra. No queremos evitarlo tampoco. Cada situación tiene un principio, un desarrollo y un fin. Nada de la risa por la risa como en el cine cómico mudo de Mack Sennett (no el de Chaplin, Keaton, Lloyd u otros; no generalizar) o muchas de las comedias del cine actual. La risa viene producida porque hemos seguido una situación desde el principio. Y ello nos produce el placer final de reírnos. Es inevitable. La construcción de las mencionadas escenas roza la genialidad. Casi toda la película es una gran secuencia (recordemos que un film se puede dividir en planos, escenas y secuencias).
Blake Edwards nos remite directamente al cine mudo. No en vano él es un gran fan de Laurel y Hardy (los populares el ‘Gordo’ y el ‘Flaco’). Auténticos maestros de este arte. Al mismo tiempo hace un película de su tiempo con el guateque de fondo. El cine es eminentemente visual (aunque las palabras tengan a la vez gran importancia en el mismo), Edwards lo sabe y lo lleva a efecto.
Además del trabajo de Peter Sellers, como Hrundi V. Bakshi , podríamos destacar el de otros actores en el espléndido y coral reparto. J. Edward McKinley y Gavin McLeod en los personajes del Productor Jefe de unos estudios de cine y propietario de la casa donde tiene lugar la fiesta y de Divot, Productor Ejecutivo, respectivamente. O cómo no mencionar al estupendo camarero de la velada interpretada por un actor cuyo nombre reconozco desconocer.
Con ellos Blake Edwards se permite hacer un mosaico de la amplia gama de individuos que pueblan el mundillo hollywoodiense. Y lo consigue bien, saliendo airoso.
El guión, basado en una historia de Edwards, es de Tom y Frank Waldman y del propio Edwards.
La música del gran Henry Mancini –habitual del director- no se “sale” de la película sino que ayuda a contextualizarla. No se “sale” de contexto, mejor dicho, sino que te introduce en él.
Nunca el director volvería a hacer una película tan buena. Con ella el bueno de Blake pretende acabar con el orden establecido (por otros) de una vez por todas. Incluso con la comedia.
No he querido desvelar mucho de la película sino hablar de ella sin contar demasiado. Ilustrar lo necesario para que aquellos que no la han visto sienta ganas de verla. Que la descubran por sí mismos. Mi amigo Jose Joaquín incluido, claro está. Sólo queda encontrarla y disfrutarla. Pasen y vean...únanse al Guateque!
Que puedo decir de él que no haya dicho ya? Por algo lo llamo Maestro...
ResponderEliminarEspero que no te moleste que lo haya profanado poniendo un par de fotillos.
Mil millones de gracias.
Por cierto... he buceado por la internet y el nombre del camarero es Steve Franken.Leo en IMDB que principalmente ha sido actor de doblaje y ha ido apareciendo esporádicamente en varios capítulos de series como Urgencias, Vacaciones el el mar, Embrujada o Canción triste de Hill Street.
ResponderEliminarY esta también en Angeles y Demonios (Que me entretuvo mas que el Codigo Da Vinci, por cierto)... haciendo de cardenal...
No, para nada. Te lo agradezco. De hecho me di cuenta rápidamente de que no había colocado ninguna foto. Gracias también por el apunte acerca del nombre del 'camarero' del film.
ResponderEliminarConocía a Steve Franken de otras películas pero confieso que no conocía su nombre. Difícil superar tu 'tour' de 'El Guateque'. Saludos.
ResponderEliminarMe acaba de descargar el guateque. Mañana te cuento...
ResponderEliminarBueno, prometo verla, así que Joze, ya me la estás dejando...para cuando tenga tiempo.
ResponderEliminarPor cierto que mi querida novia me la acaba de regalar en DVD...
ResponderEliminarEso es una novia! A ver si aprende mi mujer!!!
ResponderEliminarNo me has dicho si al final la has visto o no...?
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